Hasta tal punto era popular Raphael en la URSS que llegó a hacer cuatro giras en los años 70. Se filmó incluso un documental allí con Raphael como protagonista.
Traemos aquí ahora una descripción de la primera gira del cantante en la Unión Soviética que hemos encontrado en el sitio "Mi Raphael": "En la primavera de 1971, en las calles de Moscú y Leningrado, aparecieron carteles que anunciaban la gira de Raphael en la URSS. Las entradas se vendieron de forma casi instantánea. La gente durmió ante las taquillas la noche anterior a que diera comienzo la venta para conseguir una entrada para los conciertos.
Una cola de miles de personas se extendía varios kilómetros ante las taquillas del Palacio de los Deportes de Luzhniki. Patrullas de la policía a caballo vigilaban la cola para evitar desórdenes. Al día siguiente, en todos los puntos de venta de entradas de Moscú, incluidos los kioscos de las estaciones de metro, aparecieron carteles en los que podía leerse en grandes letras que se veían desde bien lejos: “No hay entradas para los conciertos de Raphael”. ¡Semejante expectación hacía tiempo que no se vivía en Moscú!
Raphael aterrizó en Moscú el 21 de abril e, inmediatamente, se trasladó a Leningrado, donde tuvieron lugar sus primeros conciertos. Ofreció diez recitales en la Casa de Cultura “Gorki” y en la Sala de Conciertos “Oktiabrsky”. ¡El éxito fue apoteósico! Raphael estaba tan profundamente conmovido por la excepcional acogida del público de Leningrado, tan cálida y tan cercana, que decidió allí mismo ofrecer otros tres conciertos en la ciudad del Neva cuando terminara sus actuaciones en Moscú.
El 3 de mayo, de mañana, Raphael llegó a la capital en el tren “Flecha Roja” y, en el andén de la estación, ya le estaban esperando sus fans. Los primeros cuatro conciertos –entre el 4 y el 7 de mayo- tuvieron lugar en el Palacio de los Deportes de Luzhniki en un ambiente de auténtico delirio. Los afortunados poseedores de una entrada iban desde la estación de metro de “Sportivnaya” hasta el Palacio de Deportes flanqueados, a ambos lados del bulevar, por grupos de personas que preguntaban si no tenían una “entrada de sobra”.
Y por fin Raphael salió a escena y, bajo las altas bóvedas del Palacio de los Deportes, se pudo escuchar su voz excepcional. Los 14.000 espectadores se unieron en una ovación para recibirle y, aunque no entendían las palabras, le aclamaron sin dudarlo porque Raphael ¡había logrado ganarse sus corazones! Su arrebatadora espontaneidad y su entrega total conectaron inmediatamente con el alma tan sensible de los rusos. ¡Fue un gran triunfo!
Al día siguiente, el 5 de mayo, era el cumpleaños de Raphael y, en aquella ocasión, lo celebró dos veces. La primera junto al público moscovita en la escena del Palacio de los Deportes, en la cual habían dispuesto una enorme tarta. La segunda, ya entrada la noche, en la Plaza Roja, soplando las velas de una tarta más pequeña, en compañía de las personas que le acompañaban: su manager Francisco Gordillo, su fotógrafa personal Juana Biarnés y el director Cesar Gentili.
Después de sus actuaciones triunfales en Luzhniki, Raphael ofreció otros conciertos en Moscú: en el Teatro de la Estrada, en el Teatro de la Opereta, en la Sala de Conciertos “Octubre” y en la Universidad Estatal de Moscú. ¡El éxito fue grandioso! Ni que decir tiene que, en los alrededores del hotel Metropol, en el que se alojaba Raphael, había permanentemente una multitud que quería verle en persona aunque fuera un minuto. Dejando la capital en tal estado de conmoción, Raphael voló a Leningrado, donde dio otros tres conciertos en el Teatro de la Comedia Musical y en la Casa de Cultura “Gorki”, después de lo cual volvió a España (…).
A pesar de lo intenso de la gira, Raphael tuvo tiempo para un pequeño programa cultural. En Leningrado visitó el Hermitage y, en Moscú, la Plaza Roja, las Colinas de los Gorriones (entonces Colinas de Lenin) y el Kremlin, con sus incomparables catedrales. Conoció también al famoso portero de fútbol Lev Yasin y visitó la escuela de coreografía del Teatro Bolshoi."
Una cola de miles de personas se extendía varios kilómetros ante las taquillas del Palacio de los Deportes de Luzhniki. Patrullas de la policía a caballo vigilaban la cola para evitar desórdenes. Al día siguiente, en todos los puntos de venta de entradas de Moscú, incluidos los kioscos de las estaciones de metro, aparecieron carteles en los que podía leerse en grandes letras que se veían desde bien lejos: “No hay entradas para los conciertos de Raphael”. ¡Semejante expectación hacía tiempo que no se vivía en Moscú!
Raphael aterrizó en Moscú el 21 de abril e, inmediatamente, se trasladó a Leningrado, donde tuvieron lugar sus primeros conciertos. Ofreció diez recitales en la Casa de Cultura “Gorki” y en la Sala de Conciertos “Oktiabrsky”. ¡El éxito fue apoteósico! Raphael estaba tan profundamente conmovido por la excepcional acogida del público de Leningrado, tan cálida y tan cercana, que decidió allí mismo ofrecer otros tres conciertos en la ciudad del Neva cuando terminara sus actuaciones en Moscú.
El 3 de mayo, de mañana, Raphael llegó a la capital en el tren “Flecha Roja” y, en el andén de la estación, ya le estaban esperando sus fans. Los primeros cuatro conciertos –entre el 4 y el 7 de mayo- tuvieron lugar en el Palacio de los Deportes de Luzhniki en un ambiente de auténtico delirio. Los afortunados poseedores de una entrada iban desde la estación de metro de “Sportivnaya” hasta el Palacio de Deportes flanqueados, a ambos lados del bulevar, por grupos de personas que preguntaban si no tenían una “entrada de sobra”.
Y por fin Raphael salió a escena y, bajo las altas bóvedas del Palacio de los Deportes, se pudo escuchar su voz excepcional. Los 14.000 espectadores se unieron en una ovación para recibirle y, aunque no entendían las palabras, le aclamaron sin dudarlo porque Raphael ¡había logrado ganarse sus corazones! Su arrebatadora espontaneidad y su entrega total conectaron inmediatamente con el alma tan sensible de los rusos. ¡Fue un gran triunfo!
Al día siguiente, el 5 de mayo, era el cumpleaños de Raphael y, en aquella ocasión, lo celebró dos veces. La primera junto al público moscovita en la escena del Palacio de los Deportes, en la cual habían dispuesto una enorme tarta. La segunda, ya entrada la noche, en la Plaza Roja, soplando las velas de una tarta más pequeña, en compañía de las personas que le acompañaban: su manager Francisco Gordillo, su fotógrafa personal Juana Biarnés y el director Cesar Gentili.
Después de sus actuaciones triunfales en Luzhniki, Raphael ofreció otros conciertos en Moscú: en el Teatro de la Estrada, en el Teatro de la Opereta, en la Sala de Conciertos “Octubre” y en la Universidad Estatal de Moscú. ¡El éxito fue grandioso! Ni que decir tiene que, en los alrededores del hotel Metropol, en el que se alojaba Raphael, había permanentemente una multitud que quería verle en persona aunque fuera un minuto. Dejando la capital en tal estado de conmoción, Raphael voló a Leningrado, donde dio otros tres conciertos en el Teatro de la Comedia Musical y en la Casa de Cultura “Gorki”, después de lo cual volvió a España (…).
A pesar de lo intenso de la gira, Raphael tuvo tiempo para un pequeño programa cultural. En Leningrado visitó el Hermitage y, en Moscú, la Plaza Roja, las Colinas de los Gorriones (entonces Colinas de Lenin) y el Kremlin, con sus incomparables catedrales. Conoció también al famoso portero de fútbol Lev Yasin y visitó la escuela de coreografía del Teatro Bolshoi."