En las pasadas fiestas de San Isidro en Madrid, recordaba el pregonero de honor, el cantante Raphael, que era la segunda vez que le invitaban a realizar el pregón de las fiestas: la primera vez fue en los años 70, pero en aquella ocasión hubo de renunciar porque estaba de gira... ¡en Rusia! ¿Sorprendente, no? Raphael de gira en la Unión Soviética en plena guerra fría (recordemos que la España de Franco ni siquiera tenía embajada ante la URSS...).
Más sorprendente ha sido todavía investigar un poco en esta historia de las giras del "ruiseñor de Linares". La primera sorpresa fue preguntar a los moscovitas de la generación que ahora tiene entre 50 y 60 años. No sólo es que conozcan a Raphael: es que todo el mundo lanza un suspiro (sobre todo las señoras, la verdad sea dicha...) como diciendo "no sabes lo que fue aquello".
Y es que Raphael era una estrella como pocas en la Unión Soviética de aquella época: de esas que tienen fans fatales que siguen a todas partes a sus ídolos. La tremenda popularidad de Raphael en el país de los soviets parece venir de la película Digan lo que Digan (1967).
Aún hoy se sonrojan aquellas jovencitas de los 70, recordando lo prendadas que estaban de Raphael, cómo recorrían todo Moscú para hacerse con sus discos y lo que sufrían por los desengaños amorosos del Raphael de celuloide. Cuando los institutos de toda la Unión Soviética estaban llenos de chicas dispuestas a enamorarse -si no lo estaban ya- del de Linares, ¡cómo podía estar él tan ciego de seguir a aquellas actrices! ¡Y además tan poco agraciadas...! No podían entenderlo entonces... y siguen sin entenderlo ahora.
Alguna de estas admiradoras guarda todavía en algún cajón las fotografías que hacían desde las últimas filas de la sala de conciertos, reveladas a altas horas de la noche para llevarlas al instituto al día siguiente.
Y alguna recuerda con nostalgia el día que logró ver al ídolo a la salida del Metropol, entre una multitud de admiradores que se agolpaba cada día para intentar verle...
Todo el que ha sido alguna vez fan de algún ídolo entiende perfectamente lo que sentían entonces... Y, sin embargo, cuesta imaginarse un fenómeno así en la ceñuda Unión Soviética de Brezhnev...
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